El gobierno venezolano anunció el lunes la reapertura de su frontera terrestre con Colombia, apenas tres días después de ordenar su cierre temporal. Freddy Bernal, gobernador del estado Táchira y aliado del presidente Nicolás Maduro, dijo que la decisión del viernes fue en respuesta a informes de una supuesta «conspiración internacional» para coincidir con la ceremonia de toma de posesión de Maduro para un tercer mandato, que ha sido cuestionada por gran parte de la comunidad internacional.
«La frontera se está abriendo nuevamente. El estado y el país están en completa paz y tranquilidad, con perfecta fusión civil, militar y policial”, afirmó Bernal en un video difundido a través de su cuenta de Instagram, grabado desde un puesto migratorio en la frontera colombo-venezolana.
El cierre, que comenzó el viernes, se produjo en medio de acusaciones de ilegalidad por parte de sectores opositores y gobiernos extranjeros, en paralelo a la ceremonia en la que Nicolás Maduro asumió un nuevo mandato de seis años como presidente.
Una conclusión breve pero controvertida.
El anuncio de Bernal el viernes, cuando se ordenó el cierre, estuvo acompañado de un mensaje sobre seguridad y control de la región fronteriza.
«Tenemos control total de la frontera. En todas las circunstancias garantizamos la tranquilidad y la paz del pueblo tachirense”, dijo el gobernador en su comunicado inicial.
A pesar de estas afirmaciones, el impacto del cierre fue limitado. Migración Colombia informó que durante los días de restricción se mantuvieron condiciones normales en los principales pasos fronterizos que conectan a ambos países.
Una frontera de gran importancia
La frontera entre Venezuela y Colombia tiene una longitud de 2.219 kilómetros, abarcando siete departamentos colombianos y cuatro estados venezolanos. Esta extensa frontera geográfica alberga aproximadamente 12 millones de personas, muchas de las cuales dependen de la interacción diaria a través de los cruces fronterizos para sus actividades económicas, familiares y sociales.
El cierre temporal de la frontera, aunque sea por poco tiempo, puso de relieve la fragilidad de las relaciones bilaterales y la importancia estratégica de esta región. Desde su reapertura, la situación en los puntos de tránsito parece haberse estabilizado, aunque todavía existe tensión política entre los dos países.
Con la reapertura de la frontera, los ciudadanos venezolanos y colombianos también continúan con sus actividades normales, mientras que el gobierno de Maduro continúa enfrentando críticas internacionales por su mandato impugnado. La región fronteriza, que es crucial para millones de personas, vuelve a ser un punto de conexión vital entre los dos países.